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Salvemos nuestro planeta
Nuestro comportamiento ante el medio natural decide el equilibrio del medio ambiente, por lo que debemos ser respetuosos ante la vida y preservar las reservas de energía. Para conseguir nuestro objetivo sólo tomaremos de la naturaleza lo que decidamos como imprescindible, respetando así lo que se denomina “equilibrio ecológico”, ya que en el momento en el que ese equilibrio se rompa, el ecosistema quedará tan afectado que muchas de sus plantas y animales podrían desaparecer. Parte de la solución está dentro de cada uno de nosotros: consumir sólo lo necesario.

RESPETO A LA NATURALEZA
Compartir el Planeta

Animales y plantas
La Tierra es el hogar de todos los seres vivos. Las plantas, los animales y las personas compartimos el mismo espacio y necesitamos los mismos elementos para sobrevivir. Por eso tenemos que saber convivir con los seres que nos rodean y cuidar nuestro medio ambiente.
La hidrosfera
El conjunto de las aguas del Planeta recibe el nombre de hidrosfera. Los componentes de la hidrosfera son los mares, océanos, aguas subterráneas, ríos, lagos y hielos. Pero el agua no es ilimitada y no debemos desperdiciarla.
El aire
La capa de aire que rodea la Tierra se denomina atmósfera. El oxígeno, el dióxido de carbono, el nitrógeno y otros gases que componen la atmósfera son sustancias imprescindibles para la vida. El oxígeno, por ejemplo, es indispensable para respirar, y sin el dióxido de carbono las plantas no podrían alimentarse.
El piso y los nutrientes
El piso (suelo) es la capa exterior de la corteza terrestre. Está compuesto de partículas minerales (procedentes de las rocas) y de materia orgánica (procedente de los seres vivos). La cadena alimentaria de los seres vivos comienza por los alimentos (nutrientes) que proporciona el piso.
Los recursos naturales
Todos los elementos que la naturaleza nos ofrece para satisfacer nuestras necesidades (el agua, el oxígeno del aire, los bosques...) son recursos naturales. Estos recursos pueden ser renovables o no renovables.

Las relaciones entre los seres vivos
El equilibrio ecológico

La ecología es la ciencia que estudia las relaciones entre los seres vivos y el medio ambiente que los rodea. Para ello, analiza los ecosistemas que existen y estudia cuáles son las consecuencias de la acción del ser humano sobre el medio ambiente (contaminación, abuso de los recursos naturales...).
El ecosistema
Un ecosistema está formado por un grupo de animales y plantas relacionados entre sí. En la Tierra hay dos tipos de ecosistemas fundamentales: los acuáticos y los terrestres.
Los seres vivos en su ecosistema
Los organismos de la misma especie que se relacionan entre sí (por ejemplo, un conjunto de flores) forman una población. La población que comparte el espacio con otras poblaciones (como los árboles del bosque) constituye una comunidad. La comunidad y el medio físico en que vive forman el ecosistema. El conjunto de todos los ecosistemas integra la biosfera.
La cadena alimentaria
En cada ecosistema unos seres vivos producen alimento (las plantas); otros lo consumen (los animales); y otros (los hongos y las bacterias) descomponen la materia orgánica (hojas, troncos) del piso (suelo) en sustancias minerales. De estas sustancias minerales se alimentan las plantas. Así se forma la cadena alimentaria.
Los efectos económicos y jurídicos del cambio climático en el Ártico
El cambio climático

.El Ártico es uno de los ecosistemas naturales más sensibles al calentamiento global provocado por la acción humana, como demuestra el retroceso de su casquete de hielo polar. Paradójicamente, la degeneración de este gélido hábitat ha dado lugar a una carrera diplomática y jurídica por la soberanía sobre las regiones árticas, que contienen enormes reservas energéticas, y para controlar las rutas de navegación abiertas gracias al retroceso de los hielos.
Un ecosistema amenazado
Las regiones árticas, situadas en la zona que rodea al Polo Norte, están constituidas por los territorios litorales e insulares bañados por el océano Glacial Ártico, que corresponden al norte de Rusia, Estados Unidos (el estado de Alaska), Canadá, Suecia, Noruega, Finlandia e Islandia, además de Groenlandia (territorio autónomo de Dinamarca).
Gran parte de este área terrestre está cubierta por una capa de hielo, de extensión variable según sea la época del año: el casquete polar ártico. Las extremas condiciones de vida provocaron que estas tierras permanecieran durante siglos prácticamente deshabitadas por el ser humano. Sin embargo, el calentamiento sufrido por la atmósfera terrestre y las capas superiores de los mares a consecuencia de las emisiones industriales de gases de efecto invernadero ha provocado rápidos cambios en su ecosistema, plasmados en el progresivo deshielo del casquete polar.
Muestra de lo anterior ofrecen los datos extraídos de estudios realizados por distintos países en la zona. Estados Unidos, en concreto, ha efectuado mediciones por satélite de la superficie helada ártica desde 1979. Gracias a tales observaciones se sabe que la extensión del casquete polar ártico en 1979 era de 8.100.000 km2, mientras que en 2007 había disminuido hasta los 5.320.000 km2. Otros estudios realizados con submarinos reflejan una disminución del grosor de la capa de hielo ártica de hasta el 40 % en sus puntos más endebles.
Lo anteriormente apuntado indica que el Ártico, antaño una zona vedada para el común de los seres humanos por su extrema rudeza climática, está evolucionando hacia condiciones ambientales menos inhóspitas como consecuencia del cambio climático. Variación que afecta gravemente a decenas de especies animales, abocadas repentinamente a la extinción por la rápida destrucción de su hábitat, pero que también ha reportado inesperadas consecuencias económicas: el retroceso geográfico de los hielos ha creado condiciones reales de acceso a las reservas extractivas que la capa de hielo sepultaba hasta la fecha, además de dejar expeditas dos rutas marítimas de estratégica significación comercial, los pasos del Noroeste y del Noreste.
El nuevo paraíso energético
Gracias al deshielo y a las nuevas tecnologías se ha inaugurado en latitudes árticas la explotación de una riqueza mineral -abundan el petróleo y el gas natural- antes inaccesible, cuya extracción viene acicatada por los elevados precios del crudo, que la convierten en una actividad más que rentable. Según las prospecciones geológicas estadounidenses, el 25 % de las reservas de hidrocarburos del planeta se hallan en la región.
La explotación, de hecho, ya ha comenzado. Buen ejemplo de ello brinda Noruega, que hasta la fecha se abastecía de crudo en sus yacimientos del mar del Norte, cuyo rendimiento decreció en 2007 en un 18 %. Las prospecciones noruegas habían descubierto en 1984 una gran bolsa de gas en el subsuelo del mar de Barents, junto a la isla de Melkoya, en plena región ártica, pero los medios técnicos de la época no eran suficientes para su explotación. Desde septiembre de 2008, el retroceso de los hielos ha permitido la puesta en funcionamiento en dicha isla de la primera planta de Europa en producción de gas natural, así como la más cercana al Polo Norte. Dicha factoría, proyecto conjunto de Statoil, empresa noruega, y de las francesas Total y Gaz de France, exporta gas a distintos países, entre los que destacan Francia, España y Estados Unidos.
La italiana ENI, por su parte, trabaja muy cerca de Melkoya, en otro gran yacimiento denominado Goliat. En cuanto a Rusia, el país con mayor extensión costera en la zona ártica, ha comenzado a extraer gas de una gran bolsa situada frente al litoral de Siberia.
Nuevas rutas de navegación
Otra de las consecuencias económicas del creciente deshielo de la región ártica estriba en la apertura de rutas marítimas que permitirían una rápida comercialización de los hidrocarburos extraídos en los nuevos yacimientos.
Se calcula que es posible ahorrar hasta un 40 % de tiempo en el viaje entre Europa, Asia y América a través de los pasos árticos del Noreste y el Noroeste. El primero se halla en las costas de Siberia; en la actualidad se mantiene abierto durante 20 días al año, pero antes era prácticamente impracticable, pues tan sólo los rusos se atrevían a surcarla, en las épocas del año con clima más bonancible, a bordo de enormes rompehielos. Se prevé que esta vía marítima quede definitivamente expedita en 2080, por efecto del cambio climático.

En cuanto al Paso del Noroeste, situado entre Groenlandia y el estrecho de Bering a través de las islas del norte de Canadá, quedó libre de hielos por primera vez en el estío de 2007. Ambas rutas ofrecen vías alternativas al canal de Panamá para el tráfico marítimo entre Europa y el océano Pacífico. Un ejemplo: el trayecto Tokio-Hamburgo se reduciría en más de 8.000 km, de realizarse a través del Paso del Noroeste, lo cual supondría un considerable ahorro económico, tanto por la reducción del combustible consumido en el trayecto como por evitarse el pago del peaje del canal transoceánico.
Tensiones internacionales
La posibilidad de explotar las riquezas energéticas del Ártico ha convertido esta región en objeto de litigio internacional. Hasta la fecha, los territorios polares estaban bajo jurisdicción de la Ley del Mar de las Naciones Unidas, promulgada en 1982, que establecía para cada país ribereño del océano Glacial Ártico una extensión de aguas territoriales de 12 millas náuticas, a las que se añadían otras 200 con derecho a explotación de los recursos y el lecho marinos. Dicha ley establecía también un plazo, a finalizar en 2009, para que los países solicitasen la ampliación de sus aguas territoriales hasta 300 millas, en caso de poder demostrar que el lecho marino anexo a su zona de soberanía se extiende más allá de las 200 millas establecidas.
La revalorización de este gélido desierto ha desembocado en tensiones entre los distintos países con aspiraciones soberanas sobre sus territorios, como son Rusia, Noruega, Dinamarca, Estados Unidos y Canadá; cinco estados que mantienen varios contenciosos sobre distintas zonas árticas que suman una superficie total de 1.200.000 km2, no sujetos a soberanía alguna.
En agosto de 2007, Rusia disparó las tensiones al enviar dos batiscafos a recoger muestras faunísticas y geológicas a más de 4.000 m de profundidad en el océano Glacial Ártico. Su intención era demostrar la prolongación de la plataforma continental siberiana en las cordilleras submarinas de Lomonósov y Mendeléyev, ricas en petróleo, gas y minerales. Dio la vuelta al mundo la imagen propagandística de una bandera tricolor rusa de titanio plantada por la expedición en el lecho marino, a 4.261 m de profundidad.
Con 1.800 km de longitud, la cordillera de Lomonósov se extiende a través del Polo Norte, desde el litoral de Siberia hasta Groenlandia, territorio de soberanía danesa, y la canadiense isla de Ellesmere. Las autoridades de Dinamarca y Canadá han emprendido estudios similares a los impulsados por Rusia, si bien para demostrar la hipótesis contraria, esto es, la pertenencia de la cordillera a las masas continentales groenlandesa y canadiense. Por otra parte, ambos países reclaman para sí la jurisdicción sobre la isla de Hans, situada en mitad del estrecho de Nares, que separa Groenlandia de Ellesmere y es una de las vías de comunicación directa entre el océano Atlántico y el Polo Norte. Un conflicto similar enfrenta a Noruega y Rusia por las islas Svalbard, hoy controladas por el gobierno de Oslo.
Las disputas, hasta ahora diplomáticas, adquirieron en agosto de 2007 sus primeras implicaciones militares, cuando Canadá anunció la creación de una base militar en Resolute Bay (isla de Cornwallis), un enclave de estratégica ubicación para controlar el paso del Noroeste. La base contará con una guarnición de más de un millar de efectivos y varios rompehielos armados.
En busca de un acuerdo internacional
Desde 1996 existe el Consejo Ártico, integrado por Canadá, Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega, Rusia, Suecia y Estados Unidos; la conservación del medio ambiente y el desarrollo sostenible son sus objetivos principales. Sin embargo, los últimos acontecimientos han restado influencia a esta organización internacional, a cuyo margen se firmó, en mayo de 2008, la llamada Declaración de Ilulissat, que tomó su nombre de la localidad groenlandesa homónima, donde se encontraron representantes de alto nivel de Dinamarca, Canadá, Noruega, Rusia y EE UU. El documento invocaba el diálogo como instrumento de resolución de tensiones y ratificaba la voluntad de los firmantes de respetar las convenciones vigentes de Naciones Unidas, así como el propósito de someterse a la mediación de la institución internacional en caso de conflicto. Además, los países concernidos manifestaron la necesidad de incrementar la cooperación económica en el Ártico, sobre todo por lo que respecta al fomento del tráfico marítimo internacional.
Los problemas medioambientales
El cambio climático

El uso irresponsable de los recursos naturales del Planeta y el poco respeto que el ser humano muestra por el entorno provocan graves consecuencias en la naturaleza. Sólo tenemos una Tierra y debemos cuidar de ella para que continúe la vida de todos los seres (personas, animales y plantas) que la habitan.

La contaminación del aire
El aire está compuesto por una mezcla equilibrada de gases que nos permiten respirar. Un aire contaminado es aquel que contiene sustancias venenosas, sucias o dañinas.
El cambio climático
La contaminación provoca el calentamiento del Planeta porque el calor recibido del Sol entra en la atmósfera, pero no puede salir. El aumento de la temperatura global de la Tierra se llama efecto invernadero y tiene consecuencias como el deshielo en los polos, las inundaciones, la desertización y la extinción de animales y plantas.

La lluvia ácida
El agua de lluvia es cada vez más ácida debido a la contaminación. Por eso, el agua tiene un sabor parecido al del vinagre y puede dañar plantas y cultivos.
La extinción de los animales
Todos los animales forman parte de la cadena de la vida. Con su caza y extinción rompemos el equilibrio del medio ambiente.
La destrucción de los bosques
Los bosques son los pulmones del Planeta. Actúan como grandes almacenes de humedad y oxígeno, y son una fuente de vida. Su destrucción significa la desertización del entorno y la desaparición de la vida.
El ser humano y el medio ambiente
El cambio climático
Aunque el medio ambiente puede ser alterado por otros factores naturales (fuego, erupciones volcánicas, terremotos, impactos de meteoritos, etc.), los principales enemigos de la naturaleza en la actualidad son el crecimiento de la población humana y la falta de control de sus actividades.
Hay un contenedor para cada desperdicio:
  • Verde para el Cristal.
  • Azul para papel y carton.
  • Amarillo para los envases y el plástico.
Las tres leyes de la ecología
Para que la naturaleza se mantenga en equilibrio y los distintos sistemas y organismos que la componen no corran peligro, la ecología ha resumido en tres leyes los principios que deben tenerse en cuenta:
· Primera ley
Todas las formas de vida están relacionadas entre sí. Si la cadena se rompe, perjudica a todo el conjunto. No se pueden eliminar animales o plantas por gusto, ni permitir que se extingan por problemas en su entorno, porque estaremos dejando sin sustento a otras especies que se alimentan de ellos y que, a su vez, son el alimento de otras.
· Segunda ley
Cuanto mayor es la diversidad, mayores son las posibilidades de supervivencia. Es decir, la desaparición de una especie, implica la extinción de las que dependen exclusivamente de ella para vivir, porque se rompe la cadena alimentaria. Por ejemplo, la desaparición de las arañas, sustento del herrerillo, conllevaría la desaparición de este pajarito. Por supuesto, también desaparecería el alcaudón, ave rapaz que se alimenta de pequeños pájaros, como el herrerillo.
· Tercera ley
Todos los seres vivos y todos los recursos son limitados. Por lo tanto, si los consumimos hasta agotarlos, no tendremos manera de volver a recuperarlos.

El Agua, un recurso imprescindible y escaso
Ecología

A la mayoría de nosotros nos parece normal tener acceso al agua potable. La usamos para todo, la dejamos correr; siempre estuvo ahí y siempre estará, tan presente y tan imprescindible como el aire que respiramos. Sin embargo, mil quinientos millones de personas en el mundo no pueden gozar hoy de este privilegio. Y según las estimaciones de organismos internacionales tan fiables como la ONU, si las cosas continúan así, en el año 2025 la demanda global de agua potable superará en más de 50% al abastecimiento. Dicho de otra manera: más de un tercio del agua que el mundo necesite para vivir no podrá ser suministrada. Es urgente, por tanto, que adquiramos conciencia de nuestra responsabilidad, para que entre todos contribuyamos a evitar lo que podría ser la mayor catástrofe ecológica de todos los tiempos.
La preservación de los recursos, un deber de todos. Del agua total que existe en la tierra, tan sólo la pequeña parte puede ser utilizada para el consumo humano. Menos de un tres por ciento del agua de nuestro planeta es dulce, y la mayor parte se encuentra, no en ríos y lagos, sino en acuíferos subterráneos. Y esta agua, para que no suponga un riesgo para la salud, tiene que ser tratada antes de su distribución y consumo. Este proceso tiene un coste en dinero y en recursos energéticos, empezando por el recurso más preciado de todos: la propia agua. Así pues, dada su importancia, tenemos el deber de utilizar el agua de una manera racional.
Para ello, hay unas cuantas cosas que debemos saber, y que podemos hacer saber también a nuestros familiares, amigos y conocidos. (También podemos usar nuestra imaginación para pensar otras actuaciones que ayuden al consumo ecológico de agua.)

Salvemos nuestro paneta, ahorremos agua.
De nuestra manera de utilizar los recursos naturales depende el equilibrio del medio ambiente, por lo que debemos ser respetuosos con la vida ayudando a preservar las reservas de agua. Para cumplir nuestro compromiso ecológico lo que haremos será tomar de la naturaleza tan sólo lo que sea imprescindible -como el agua- y usarlo de manera responsable, para asegurar que en el futuro próximo la vida pueda seguir existiendo en nuestro planeta.
Cómo ser un buen ecologista
Ecología

Las personas que respetan el medio ambiente saben que todos los seres vivos (personas, animales y plantas) que habitamos la Tierra formamos un frágil equilibrio. Si se rompe esta armonía, por ejemplo cuando hay incendios forestales o cuando se malgasta el agua o se contamina, los principales perjudicados somos nosotros mismos.
¿Cómo ser responsables?
Reflexiones que nos ayudan a ser responsables:
  • El agua:

  • Es un bien limitado. No hay agua suficiente para todos. Por eso hay que ahorrarla.

  • Los desperdicios:

  • Contaminan mucho. Intentamos generar la menor cantidad posible y reciclar todos los que podamos.

  • Los productos químicos:

  • Contaminan el agua y la atmósfera y son difíciles de eliminar. Procuramos utilizar los menos posibles y usar productos biodegradables.

  • La energía:

  • Tiene un límite y su uso abusivo tiene un precio. Reducimos el consumo de energía (electricidad, petróleo...).